separación
adentro
andan en pantuflas;
ella
mira la puerta abierta
que dibuja en el umbral
los zapatos de la vida,
los que sueñan
recorrer todas las calles
delinear las carreteras
despertar las mañanas
sentarse a descubrir el agua,
los zapatos del rumbo incierto
de la yerba húmeda
del cemento gris
de las antesalas
de los dolores y el cansancio
de las alegrías
del no aguanto más.
los zapatos acechan,
la puerta sigue abierta,
el calor se despide
y le dá paso al viento
las montañas tenues
se provocan de azules
los recuerdos se sientan
en la sala a observar
las cobijas tiritan
esperando una palabra
los libros se angustian
sobre los estantes
la puerta permanece abierta
y el sol se aleja,
los zapatos de la vida aguardan.
el aire está quieto,
se están marchando los zapatos
y ella vacila,
la vida camina
entre la casa y el día
y el atardecer la espera.
bogotá, junio de 1984