qué tan cerca del vacío
que tan cerca están mis ojos y tus ojos
de mirar el mismo cielo,
el pasto verde, el sendero que caminamos,
que tan cerca del abismo,
qué tan lejos de un mismo horizonte,
del agua que calme nuestra sed,
de la paz que nos devuelva la esperanza.
en qué laberintos emocionales
se esconden las mañanas, las tardes lentas,
las noches interminables,
qué tamiz filtra las palabras suaves,
el lenguaje que deletreamos con esmero,
las frases que repetimos,
los silencios tan llenos de preguntas.
qué tan cerca está mi alma
de descifrar las coordenadas,
mis pasos de hallar una senda,
reconocer mis huellas,
mi corazón de comprender
lo que buscas en mí y no encuentras,
de entender el dolor que te produzco,
que tan cerca del vacío,
qué tan lejos de un paisaje compartido,
del sosiego que me devuelva las ilusiones.
qué tan cerca estamos
de una verdad correspondida,
que tan cerca está mi pecho
y tu pecho
de respirar el mismo aire en armonía,
qué tan opacos estamos
que ya no alcanzo a divisar tu silueta
la que mis ojos acostumbraron a encontrar,
cuando en alguna pausa,
mi mirada auscultaba tu lejanía.
qué tan cerca está la puerta,
el camino que se despliega libre
de mi ventana al infinito,
qué tan cerca del adiós,
del fin,
de esta intangible despedida.