podría decir
podría decir
que no hay quien arregle
este mundo …
y me sentiría
tremendamente adulto,
sentiría que en realidad
tengo treinta años y más,
un par de pantuflas amarillas bajo la cama
y un dolor en la espalda
persiguiéndome en la mañana.
podría decir,
que la gente es la gente,
siempre lo ha sido
y nunca cambiará …
y pensaría que las cuatro canas
sobre mi oreja izquierda
están enfriando mi cerebro tibio;
y mis noches se están yendo en blanco
sin sueños azules que las distingan.
podría decir,
que mi casa y mi familia dulce
son la meta
y el sólo eje de mi vida…
y sentiría en mis entrañas
la guía de bolsillo;
del pequeño burgués,
una cuenta bancaria entre mis dientes,
el estómago inflado en un balcón;
y este dolor de grilletes,
que atan mis pies y manos
a este mundo débil que transito.
podría gritar,
cobarde
y me sentiría pequeñito.
podría gritar,
silencio
y sentiría un dedo índice
en mi nuca desprotegida.
podría gritar,
basta
y mi voz se quedaría en el aire
sin un oído que la reciba.
debería lavarme la cara con agua fresca
y renacer una vez más al día, colocarme mi camisa blanca
y vestir la mirada más tibia,
defender las ideas que brotan de la tierra,
de la verdad,
de la paz,
de la alegría,
enfrentar las nubes que me sujetan,
saciar la sed que me guía,
no claudicar ante mis mentiras,
dejar de ser ambivalente,
coma algunos me critican
y caminar decidido par la calle
sin disimular la marcha
ni la fuerza;
ni mis pasos libres sobre la acera,
que la vida exterior
de seguro me seguiría,
orgullosa tal vez
de ser de nuevo mía.
cali, diciembre de 1987