Entre 1982 y 1991, años en que vivió Hugo Cuevas-Mohr en Cali, Colombia, luego de regresar de vivir en Europa, desarrolló una serie de búsquedas poéticas con artistas de la ciudad que se fue encontrando en el camino. Algunos se aproximaron a su poesía, otros fueron presentados por amigos . De esas coincidencias que el universo concibe nacieron una serie de performance poéticas, presentaciones que los llevaron a muchos escenarios de la ciudad y que luego los llevaron a otras ciudades de Colombia como Manizales, Armenia, Medellín y Bogotá.
concierto para violonchelo y poesía
Entre 1984 y 1986 Hugo Cuevas-Mohr comenzó un trabajo con Carlos Mario Salazar, músico de Manizales que estudiaba en el Conservatorio de Cali y lograba con el Cello crear ambientes, que desde que el poeta lo vió tocar, lo inspiraron profundamente. Luego de buscar intersecciones entre los poemas y piezas de música clásica, montaron una primera presentación en público que se llamó “Concierto para Violonchelo y Poesía”. Esta exploración que evolucionó por espacio de tres años, buscaba que la exploración poética no se limitara a unir la música con la oralidad del poema. Buscaba ir más allá, lograr una compenetración auditiva y emocional que creara una corriente, un fluir concurrente que llevará el espectador a sentirse transportado por un rio de sensaciones, con remansos, rápidos, cascadas y suaves meandros. Existen algunas grabaciones, ninguna hecha profesionalmente. En una de las piezas, la “Gavotte de la suite en do menor de Bach” se deslizaba entre los versos del poema “porque soy de tierra”. Tal vez el mayor éxito en las presentaciones lo tenía el poema “me declaro desertor” al cual Carlos Mario le brindó el encuentro con la “Amorosa”, una de las diez melodías vascas de Guridi. El crescendo del final arrastraba con fuerza los versos del poema para depositarlos suavemente sobre una playa: “quiero amigos en mi casa, | quiero flores en mi jardín, | quiero árboles en mi cuadra, | niños en las calles, | no quiero ni ejércitos, ni sangre, | en mi país.”
escenas de poesía
“Escenas de Poesía” fue una performance poética de 3 actos que se representó en varios escenarios de Cali como el Museo de La Tertulia, La Alianza Colombo-Francesa, La Universidad de San Buenaventura, el Centro Cultural “La Covachuela”, etc.
La Primera Escena la montaron la poeta Ana María Juana Rojas y Hugo Cuevas-Mohr, en la cual leían poemas buscando no solo experimentar con la oralidad de sus propios poemas, semejanzas y diferencias, pero jugar con las voces, con la recitación del poema del otro y crear un ambiente donde la poesía masculina y la poesía femenina se preguntaran y se respondieran, creando un diálogo entre la poesía, entre los dos como poetas y entre ellos y el público.
La Segunda Escena continuaba la exploración entre cello y poesía que el músico Carlos Mario Salazar y Hugo Cuevas-Mohr habían ido desarrollando y evolucionando en los “Conciertos para Violonchelo y Poesía”.
Para la Tercera Escena se incorporó el audiovisual “tríptico” que realizara la fotógrafa y antropóloga Leonor Cuca Pacheco basado en tres poemas de Hugo Cuevas-Mohr, “vibraciones”, “porque soy de tierra” y “lluvia de estrellas”. Usando su fotografía, piezas de música clásica y la declamación de estos tres poemas, Cuca creó un sutil diálogo entre la imagen, la música y la oralidad del poema (el poeta recitaba el poema en escena), Con cada poema se logró crear texturas temáticas y de colores que impactaron al público presente. Este audiovisual fue realizado con la técnica de dos proyectores sincronizados y ya años más tarde se pasó a vídeo y, en este formato de fotografía y música, puedes ver “tríptico” en el canal de Cuca Pacheco en YouTube.
En algunos escenarios, luego de la presentación de “Escenas de Poesía” lograban, frente al público, escuchar opiniones y contestar preguntas.
de puerta en puerta
Para el lanzamiento del libro “de puerta en puerta” en 1988 se creó un montaje escénico donde las puertas, que eran la representación de las secciones de la obra impresa, se abrían para entrar a los presentes a cada espacio donde los espera los poemas y la voz del poeta. Las transiciones de puertas las realizó el cantautor Henry Rodriguez “Cañón” en su guitarra ,y con el violoncello, la flauta y voces logró llevar al público a trascender de una puerta a la otra y crear el espacio para que cada puerta entregara un ámbito diferente. Se pasó de la puerta de la calle, a la puerta del silencio, luego a la puerta del amor, la puerta de la magia y llegar al final a la puerta del lector, donde se interactuó con el público presente.
Ya que las performances poéticas están en el mundo del arte efímero no hay un registro de estas presentaciones. El arte efímero se lo lleva el viento y sólo nos queda en el recuerdo.
colaboraciones
Hubo muchos colaboradores en el montaje de estas performances poéticas. Cabe aclarar que nunca fueron llamadas performances poéticas, porque ese término no se conocía en el medio. Entre los programas de estas performances recogemos los nombres de todos los que colaboraron en estas exploraciones poéticas:
En “escenas de poesía” se contó con la colaboración de Carlos Anaya, Adriana Libreros, Clarita Rojas y Luis Enrique Hernández. En “de puerta en puerta” se contó con la escenografía de Alejandro Irurita, la asesoría escénica de Jorge Vanegas, los montajes escénicos realizados por Toa Castellanos, Cuca Pacheco, Mercedes Dominguez, María Cristina Cuevas, Mariana Rengifo, Catalina Rengifo, Daniel Rengifo y Carlos Anaya. Acompañándonos musicalmente, en soprano y flauta estuvo Edith Martina “dita”, Contralto: Patricia Vizcaíno “pata” y en el Cello, Carlos Mario Salazar.
Nota: En 1992 el poeta tuvo que salir intempestivamente de Cali con su compañera Cuca Pacheco y su hija Daniela. La violencia que se vivía en ese momento en Colombia los expulsó, como a miles de personas que salieron, con el dolor a cuestas, para Estados Unidos, España y muchos otros países.