palabras dispersas sobre un suelo fecundo
I
el campo está labrado,
la tierra negra espera,
las primeras lluvias han caído
y la humedad fértil del humus viviente
aguarda con avidez la llegada del semen de vida.
una garza blanca
se posa sobre un tronco seco
doblegado por el tiempo.
II
el labrador inicia su faena,
su mano esparce en el aire
semillas y sueños
que caen sobre el suelo fecundo,
el susurro de su voz acompaña el viento
y una tonada monótona se va esparciendo
sobre los moldeados surcos.
siluetas de vacas pardas
observan el cadencioso paso
del inspirado labriego.
III
coplas coreadas una y otra vez
van cayendo sobre las zanjas,
cada letra una semilla
que encuentra espacio entre estas líneas
donde germinarán palabras y deseos,
campos de sonetos y poemas,
viñas y huertos que cosecharán mañana,
los ojos tiernos
que leen mis versos.
IV
libélulas tornasoladas
sobrevuelan mi labranza
y una mariposa azul se posa,
sobre la última palabra que dejó mi lápiz,
tatuada,
sobre este suelo fecundo
donde voy sembrando mi esperanza.
V
quiero humectar con mis versos
tus sueños.