pañuelos blancos
qué
hacemos
con la paz,
si la guerra
bombardea
cada mañana
la esperanza.
el ruido
atronador
de tanques
y columnas
militares
rompe
la calma
que las
ilusiones
construyen.
necesitamos la fe
que mueve montañas,
creer que la guerra no es inevitable,
que en el tejido cromosómico del hombre,
no priman los genes de la muerte violenta,
que en la profundidad del planeta que habitamos,
la barbarie se puede desarmar,
milímetro a milímetro,
con procesiones
de pañuelos blancos,
con tolerancia indeleble
bajando del corazón
a todas las manos,
que siembran semillas de paz,
en los adoloridos surcos de la venganza.