
los poetas en la vía pública
En este nuevo episodio de la poesía en la vida diaria, que he llamado “Los Poetas en La Via Pública” – mejor llamado seguramente “Los Poetas en La Vida Pública” o “Poesía en la Calle”, quiero hablarles de los homenajes que ciudades y pueblos hacen a sus poetas, en sus parques, en sus calles y avenidas; las estatuas, los bustos, los monumentos que escultores hacen, promotores culturales proponen y políticos y servidores públicos deciden realizar. A veces hay acuerdo en quién y cómo homenajear, hay casos en que se vuelve controversia, tanto la escogencia del poeta, como la escogencia de los versos que desplegar para la lectura de los pasantes.
Ya verán en este podcast algunos casos interesantes. Y preocupantes también. No podré contarles de todos estos homenajes, porque son cientos de parques que tienen un busto o escultura de un poeta en Latinoamérica, España y el mundo entero. Pero usa mi sitio web, Facebook, Instagram, Twitter para contarme de algún homenaje de tu ciudad, pueblo, vecindad y ¡de pronto mis pasos me lleven allí! Veré si terminamos haciendo un listado, para información general a los amantes de los parques, los caminos y la poesía.
Casi todos estos homenajes que hoy te comento aquí, he tenido el gusto de visitarlos personalmente en las caminatas que hago donde viajo, las cuales trato de planear de antemano para que mis pasos me lleven a encontrarme con este poeta y ojalá con sus versos. Busco en estos encuentros mirar en mi móvil quién es el poeta, si no le conozco, y si le conozco, leer algo más de su vida, y leer dos o tres poemas que me acerquen a conocerle más íntimamente y acercarme a su obra.
Algunas estatuas o bustos son de una belleza estética que me obliga a saber quién fue su escultor, el artista que con su arte quiso encontrarse con el poeta. No es fácil para estos escultores… ¿qué tan creativo puedes ser? Un escultor parte de una foto o un dibujo del poeta. Cómo darle un toque artístico diferente a lo que una foto puede aportar. Pero hay también fotógrafos retratistas que logran capturar fotos memorables, a pesar de que tenemos una sola cara. O eso creemos.
Comencemos por mi poeta familiar, mi tío bisabuelo, Isaías Gamboa. A Isaías, la ciudad de Cali, Colombia, le dedicó un pequeño parque triangular entre los barrios fundacionales de la ciudad, San Antonio y El Peñón donde crecieron casi todos los Gamboa. En el parquecito, que tiene sólo una pequeña parte plana arriba, está el busto de Isaías, sobre un pedestal frente al cual hay una musa, quizás ese amor que dejó en Chile antes de intentar regresar a morir en su tierra en 1904. Intentar… porque fue bajado del vapor que le traía en el Puerto del Callao en Perú, donde su alma dejó su cuerpo enfermo. Sus restos llegaron 10 años después a su ciudad que le hizo una multitudinaria recepción y se encuentran en la Capilla de San Antonio.
Allí, está Isaías, mirando inspirado el horizonte, agradeciendo a los habitantes del barrio que cuidan de los árboles, plantas y bancas que adornan el parque y recogen a los viejos cansados, los nuevos amantes que se juran amor eterno, las señoras que comentan con las vecinas los sucesos del barrio.




Pueden escuchar o ver y escuchar, en la voz de Mauricio Gomez del Grupo Musicalizando de Cali, el poema “Funeral” de Isaías Gamboa.
No muy lejos, en el centro y al lado del Rio Cali, frente a la Iglesia de la Ermita, Cali hizo otro homenaje a sus poetas y en esta plaza están sentados Octavio Gamboa, sobrino de Isaías, Jorge Isaacs, Carlos Villafañe, Ricardo Nieto y Antonio Llanos. Al otro lado del río, en otro parque, está la estatua a Jorge Isaacs, donde La María y su Efraín se expresan su amor eterno.


Vámonos a Ciudad de México, al emblemático Bosque de Chapultepec, donde está el Paseo o Calzada de los Poetas. Este íntimo paseo peatonal es aledaño al Lago Menor en la Primera Sección del bosque donde también está el Museo de Antropología, espectacular en toda su dimensión. Allí, entre grandes árboles, cuidados jardines, bancas, los troncos de grandes árboles que ya recostados admiten que los niños los escalen, cada poeta tiene su umbral. Al entrar en su espacio puedes ver el pedestal de unos dos metros de altura donde está el busto del poeta. Aparte, a su lado, se encuentra un fragmento de un poema.
Una sola mujer acompaña los otros nueve poetas, Sor Juan Inés de la Cruz, o Juana Ramírez de Asbaje, la poeta, que naciera en 1651. Están junto a Sor Juana Inés, Salvador Díaz Mirón, Carlos Pellicer y Joaquín Fernández de Lizardi, Manuel Gutiérrez Nájera, Manuel José Othón, Juan Ruiz de Alarcón, Manuel Acuña y Ramón López Velarde.




De todos, Ramón López Velarde es a quien más conozco, ya que en el álbum Poesía Necesaria que realizara con la compositora y cantante cubana Ana María García, incluimos el poema Fuensanta; y aquí les dejo tanto el audio, si lo desean escuchar, como el video, si prefieren ver y escuchar.
En el Bosque de Chapultepec está también la Rotonda de las Personas Ilustres donde yacen más de 110 personalidades mexicanas en diferentes campos, entre ellos la poesía. Allí está Ramón López Velarde y Salvador Díaz Mirón, cuyos bustos están en la calzada, y el poeta Amado Nervo.


Junto a la tumba de Amado Nervo, recordé a la prima de mi padre, Marta Gamboa, que en paz descanse, fundadora del colegio Juan Ramón Jimenez de Bogotá que grabamos, recitando el poema “Paz” de Amado Nervo, el favorito de su madre Rosario, a quien en familia le decíamos La Chayo, o Lachayo. Pueden escucharlo o ver a Martha Gamboa recitándolo.
De México pasemos a Guatemala, mi tierra natal, y allí en la Avenida de la Reforma en Ciudad de Guatemala, hay un homenaje al premio nobel, el poeta y escritor Miguel Angel Asturias, una estatua de cuerpo entero, de gran dinamismo, donde el poeta, levantado por sus versos, parece que tomara impulso para volar, como un quetzal en busca de la libertad.


Crucemos el Atlántico y vayámonos ahora a Madrid y hablemos de los homenajes de la ciudad a Federico García Lorca, Miguel Hernández, y a Antonio Machado y sus cabezas. A Federico le visité y encontrarme esta preciosa estatua en la parte baja de la Plaza de Santa Ana en Madrid, muy cerca de la Puerta del Sol, la Plaza Mayor o el Museo del Prado. Federico comparte plaza con la estatua de Calderón de la Barca, que está allí desde 1880. Aunque la estatua fue hecha en 1986 esperó 10 años que remodelaran la plaza y aparecer allí, con una alondra en sus manos, lista para volar y desplegar sus alas y sus versos a una España que necesita, como todos, versos y poemas. Esta estatua de cuerpo entero, de unos 2.50 de alto, ligeramente inclinada hacia adelante, me sobrecogió.


Frente a Federico, como espero que lo hagan muchos frente a esta estatua, le recordé un poema. Recité “Antoñito el Camborio”, ese poema que me hizo aprender mi profesora Norma de Zúñiga y que me ha acompañado siempre:
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
con una vara de mimbre
va a Sevilla a ver los toros.
Moreno de verde luna,
anda despacio y garboso.
Sus empavonados bucles
le brillan entre los ojos.
Pueden oir, en la voz de Leonardo Alvarez, los versos del poeta.
Hay un lindo homenaje a Federico en el barrio de Vallecas, un monumento realizado en 1986, con motivo del 50º aniversario de la muerte del poeta granadino, en el que participó Rafael Alberti. Allí están, en una especie de laberinto, murales con sus dibujos que vas encontrando mientras vas hacia el centro donde una efigie de Federico te espera. Allí le recité a Federico algunos versos de “La Casada Infiel”:
Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.


A Miguel Hernández la ciudad le hizo un homenaje en 1985 en el en el Paseo Ruperto Chapí del Parque Oeste, como reivindicación a los poetas víctimas de la Guerra Civil. Recordemos que Miguel falleció en 1942 en la prisión de Alicante donde Franco lo recluyó por su apoyo a los Republicanos. Son columnas de mármol que se encuentran en una esquina donde está la silueta de Miguel, tomada del dibujo que le hizo Antonio Buero Vallejo, compañero de presidio.
Allí se encuentran estos versos del poema “Madrid”:
Esta ciudad no se aplaca con fuego,
este laurel con rencor no se tala.
Este rosal sin ventura,
este espliego júbilo exhala.
Al lado del texto hay sembrado un laurel, un rosal y un espliego, una clase de lavanda. A este monumento hay que ir en el atardecer… el sol dejando a Madrid tiene un encanto único desde allí. Lamentablemente, este homenaje es vandalizado continuamente por grupos de ultraderecha, que tumban las columnas o las agreden con pintura.


Y no nos debe extrañar, de nuevo yendo a los extremismos de esta época. En un altercado político entre izquierdas y derechas, el Ayuntamiento de Madrid eliminó versos de Miguel Hernández del Memorial de La Almudena, un monumento a las víctimas de la Guerra Civil. Prefirieron quitar nombres y frases y dejar el monumento solamente en la memoria de los que todavía recuerdan.
Escucha en la voz de Juan Manuel Serrat, el poema “menos tu vientre” de Miguel Hernandez:
Menos tu vientre,
todo es confuso.
Menos tu vientre,
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.
Menos tu vientre,
todo es oculto.
Menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre,
todo es oscuro.
Menos tu vientre
claro y profundo.
Cómo dejar Madrid sin hablar de las cabezas de Antonio Machado? La historia es simpática ya que comenzó en 1966 cuando el escultor Pablo Serrano fundió en bronce la cabeza del poeta y junto con amigos y entusiastas la llevaron a Baeza, el pueblo de Jaén donde Machado había pasado algunos años de su vida, para erigirla en un homenaje de este pueblo el poeta. El homenaje no se dio y la cabeza regresó a Madrid. En 1981, la cabeza encontró sitio en la Real Academia de Bellas Artes en Madrid. Luego Soria, el pueblo en donde Machado dio clases le hizo un homenaje y una cabeza adorno hoy el monumento. Baeza, 16 años después se decidió aceptar una de las cabezas y por último Madrid, en la antigua Dehesa de la Villa, cerca de la Estación de Metro Antonio Machado, el mismo nombre de la calle que te lleva al monumento donde me encontré con la cabeza de Antonio Machado.


Frente a Antonio Machado, recordé “Cantares”, el poema del poeta que nos llevó a muchos a apreciar estos versos:
Notas:
– Hay otras estatuas de Machado en varios sitios de España. Hay una cabeza colocada en junio de 2007 sobre un pedestal , en los jardines de la Biblioteca Nacional en el Paseo de Recoletos de Madrid con el verso: “se hace camino al andar”. Hay una estatua moderna en el Seminario de San Felipe Neri en la Universidad Internacional de Andalucía (Baeza)
– Hay un verso del libro de poemas Campos de Castilla: “De diez cabezas, nueve embisten y una piensa”. Será que queremos, homenajeándolo con sus cabezas, buscar que muchas más piensen y menos embistan?
Cruzando el Atlántico en la otra dirección vamos a Cuba. La Habana tiene tal vez uno de los más grandes homenajes a un poeta, porque, aparte de su poesía, su papel en la Independencia de Cuba le da un especial significado. Allí, en el barrio de El Vedado, en la Plaza de la Revolución, frente al Ministerio del Interior donde está una imagen del Che Guevara se erigió una torre en forma de estrella de cinco puntas de 30 metros de alto recubierta de mármol gris traído de la Isla de la Juventud. Frente a la torre, está José Martí, como el pensador de Rodin, una estatua de mármol blanco donde Martí, sentado sobre un pedestal, te invita a mirarle a los ojos y recordar su amor a su patria y sus versos.
Una anécdota interesante es que la construcción de este homenaje a Martí fue iniciado por el dictador Fulgencio Bautista pero no pude inaugurarlo por la revolución cubana. Frente a este monumento fue realizado una gran funeral y despedida a otro poeta cubano, Nicolás Guillén. Hay otra estatua a Martí en la Habana, en el Parque Central, en el sitio que ocupaba una estatua a Isabel II de España que Martí desplazó en 1905. Lo interesante fue que hubo una encuesta a 100 personalidades influyentes del momento y aunque ganó por estrecho margen, Martí solo tuvo 16 votos. El famoso Cacique Hatuey, Colón y Antonio Maceo recibieron algunos votos. En la encuesta popular de un diario Martí ganó ampliamente. Allí en el Parque Central, Martí, muy en alto sobre un pedestal adornado de varias figuras, levanta su mano el poeta como declamando uno de sus poemas.
Hay estatuas de Martí en Nueva York, una ecuestre en el Central Park, en Miami, en Tapa, en varios lugares en España, en Buenos Aires, en Roma, en Delhi, en Sofía, en Lima, en ciudad de México, cerca de la Calzada de los Poetas, en una de las entradas al Bosque de Chapultepec.




Tenerte de frente al poeta es recordar los versos “de ese hombre sincero de donde crece la palma”, versos que casi todos conocemos al ser insertados bellamente en la canción de Guatanamera:
Yo soy un hombre sincero
de donde crece la palma,
y antes de morirme quiero
echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes,
y hacia todas partes voy:
arte soy entre las artes,
en los montes, monte soy.
Puedes oirlo en la voz de Pablo Milanés o verle y escuchar a Nacha Guevara cantando la musicalización de Pablo con Alberto Favero en el piano…en el concierto que escuché hace ya muchos años.
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
Yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Puedes oirlo en la voz de Joan Manuel Serrat o verle y escucharle en el video.
En la Tienda del poeta Hugo Cuevas-Mohr encontrarás diseños con versos, poemas y demás. Visítala.
No puedo terminar este podcast sin hablar del homenaje en Mar del Plata, a Alfonsina Storni, frente al mar donde arrojó su cuerpo cansado, para liberar su alma. Hasta allí fui y me impactó este encuentro, este recuerdo del significado de un poeta con su pueblo. Les recomiendo el video que realicé de esta visita, donde cuento la historia de Alfonsina, viito su estatua, la casa donde estuvo antes de caminar unas cuadras y lanzarse al mar.

La historia de Alfonsina la conocemos por el poema musicalizado, una zamba compuesta por el pianista argentino Ariel Ramírez con versos de Félix Luna. “Alfonsina y el mar”, fue publicada por primera vez en un disco de Mercedes Sosa, llamado Mujeres Argentinas, lanzado en 1969.
Por la blanda arena que lame el mar
su pequeña huella no vuelve más,
un sendero solo de pena y silencio llegó
hasta el agua profunda,
un sendero solo de penas mudas llegó
hasta la espuma.
Sabe Dios qué angustia te acompañó,
qué dolores viejos calló tu voz,
para recostarte arrullada en el canto
de las caracolas marinas.
La canción que canta en el fondo oscuro del mar
la caracola.
Te vas Alfonsina con tu soledad
¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
te requiebra el alma y la está llevando
y te vas hacia allá como en sueños
dormida, Alfonsina, vestida de mar.
Ha sido grabado por preciosas voces y maravillosas realizaciones, la Alfonsina que se interna en el mar, aunque verdaderamente se lanzó desde la escollera. Ariel Ramírez no conoció a Alfonsina, pero ella fue alumna de su padre, Zenón Ramírez, y esta conexión inspiró a Ariel y a Felix a componer el homenaje.
Puedes oirlo en la voz de Mercedes Sosa o verle y escucharle en el video.
Se me quedan muchos homenajes a poetas que en la vía pública, estatuas que nos esperan en nuestras ciudades, calles y parques. Visítales, recuérdales, léele o recítale unos versos de algún poema que este poeta nos dejó. Estos homenajes seguramente inspiran a otros poetas, los que tomarán los versos y seguirán creando poesía, recitando o cantando poesía.
Nos pondremos en la tarea de recopilar en un sitio web, poesiaenlacalle.com, los homenajes a los poetas en la vía pública…