Los Gamboa: educadores
Hechas estas reminiscencias de los Gamboas del Mameyal, es preciso no olvidar que los hermanos Francisco Antonio e Isaías Gamboa también sobresalieron, no sólo en Colombia sino en el exterior, por sus dotes educativas. En este aspecto fueron unos auténticos maestros del saber, en el más genuino sentido de la palabra: maestro. A tal punto alcanzaron e hicieron gala de su sapiencia y de su experiencia en el campo de la enseñanza que, a fines del siglo XIX, el presidente de la República de El Salvador general Francisco Menéndez, preocupado por el logro de una reforma en el sistema educativo imperante en su país, o sea el método lancasteriano, acudió a los oficios de una misión de maestros colombianos, integrada, además de los hermanos Gamboa, por los educadores Víctor Dubarry, Marcial Cruz y Justiniano Rengifo Núñez. Sobra decir que este grupo de educadores desempeñó una labor preponderante y de gran repercusión en el sector educativo.
Isaías y Francisco Antonio Gamboa, maestros dignos de este nombre, a no dudarlo, habían seguido las huellas de María de Lenis y Gamboa, la convencida y entusiasta educadora de otros tiempos lejanos que, en Buga, su tierra natal, se ocupó y preocupó con denuedo de la enseñanza de la niñez y la juventud. Los documentos de la época así lo demuestran: su mayor anhelo, la educación.
Ambos, Isaías en Cali y Francisco Antonio1 en San Salvador, tienen escuelas públicas distinguidas con su nombre, donde profesores les recuerdan a los escolares de estos planteles quiénes fueron estos hombres ilustres: poetas, escritores y consagrados educadores.2
Y como después lo hicieron las hermanas Margarita y Rosario Gamboa Carballo, que, aunque nacidas en el Salvador vivieron en Cali desde la niñez. Una y otra fueron profesoras de la Normal de Señoritas del Valle. Margarita fue una educadora que por la convicción de sus ideales y la concepción de sus preceptos se adelantó a su época en lo que atañe a los derechos que le incumben a la mujer, y propició su reivindicación. Con María Perlaza, Ana de Domínguez y Betsabé Zapata fue de las profesoras fundadoras del Liceo Benalcázar, de la ciudad de Cali, que goza de sólido prestigio en dicha ciudad.
Rosario realizó estudios de filosofía y letras en la Universidad Nacional de Colombia y fue maestra en Ciencias de la Educación en la Universidad Autónoma de México, país en donde vivió muchos años. Es autora de la obra Exposición histórica de la filosofía (Bogotá, 1992). Su hija Marta Bonilla Gamboa es la fundadora (y directora por muchos años) del Liceo Juan Ramón Jiménez, de Bogotá, en el cual han laborado sus hijos, docentes dedicados como ella. Una sobrina de Marta, hija de Rafael Bonilla Gamboa, Constanza Bonilla Monroy, ha desarrollado el “Sistema Constanz”, un lenguaje del color para ciegos, con el fin de enseñarles a invidentes a apreciar el color de pinturas y diseños gráficos al adquirir la sensación de color por medio del tacto.
María Esperanza y María Teresa Gamboa, hijas de Francisco Antonio, fueron al igual que su padre educadoras de prestigiosa trayectoria. La primera de las nombradas dirigió durante varios años la Normal de Señoritas de San Salvador. Tenemos noticia de que entre sus nietos y descendientes se encuentran varios educadores de consagrada dedicación.
También integran esta lucida nómina de educadores los hermanos Fabio, Gonzalo y Darío Gamboa Henao. El primero de los nombrados fue rector y propietario del colegio Fray Cristóbal de Torres, de Bogotá, fundado por el humanista José María Restrepo Millán. Aparte de sus labores educativas Fabio Gamboa Henao desempeñó varios cargos en el Ministerio de Educación Nacional. Gonzalo fue el fundador de la Facultad de Carreras Intermedias de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, profesor emérito de artes del Liceo Juan Ramón Jiménez y afamado artista del origami. Darío Gamboa, máster en educación y recursos humanos de la Universidad de North Texas y doctor en comunicaciones de la Universidad de Minnesota, fue así mismo profesor del Colegio de San Bartolomé de la Merced y del Colegio San Carlos, de Bogotá. Darío, además, se ha distinguido por ser un gran conferencista y elocuente expositor.
Joaquín Gamboa Lozano, sobrino de Fray Teófilo Gamboa, a quién reseñaremos más adelante, nació en Pavas, Valle del Cauca, y dedicó cincuenta años de su vida a la educación como profesor de las escuelas República Argentina y Marco Fidel Suárez. Fue también docente del Colegio Claret, todas en Cali. Por su meritoria labor la Universidad del Valle le otorgó la condecoración “Dilecto amigo de la Universidad del Valle”. Estuvo casado con Livia Salazar y tuvieron cinco hijos.
La vena educativa continúa en las nuevas generaciones de Gamboas, y no podríamos mencionar a algunos por temor a dejar a muchos otros por fuera, que como académicos, profesores y conferencistas comparten sus conocimientos y sus dotes pedagógicos en los cinco continentes.
En ámbito diverso, otro exponente de la familia Gamboa fue Severo Reyes Gamboa, profesional de renombre en las disciplinas del derecho y destacado parlamentario colombiano que se distinguió por su clara inteligencia y por las singulares dotes de su elocuencia.
1Como podrá ver en la biografía de Francisco Antonio Gamboa Herrera, al emigrar a El Salvador llevó consigo sus dotes de poeta, escritor y educador. Allí don Francisco estableció una gran familia, que sigue floreciendo y tiene como descendencia ilustres personajes de la vida social, cultural, política y económica de dicho país.
2Ambas escuelas públicas sirven a poblaciones escolares de muy bajos recursos, tanto en Cali como en San Salvador. La Asociación de Ex Alumnos de la Escuela Isaías Gamboa adelanta, contra viento y marea, proyectos para apoyar la escuela en Cali, como la construcción de un Centro Cultural.
Puede seguir con el cuarto y último aparte de este capítulo: Antología Poética