la luz en tus besos
a lucy…
caminábamos entre todos sin mirarnos,
transitábamos,
tu olor se me acercaba y se alejaba
como una mariposa paseándose irreverente por mi vida,
bailando entre las luces de las lámparas,
el eco de los pasos,
las sombras en las paredes,
tu olor jugueteando libre sobre el aire lento de esa noche fría.
sentía tu voz rozar mi espalda,
sin entender las palabras,
como un lejano murmullo,
una caricia,
un suave arrullo.
presentí tu mano en mi hombro
y me detuve a imaginar su tibieza,
tu mano llegó y partió como una estrella fugaz,
una señal,
un pasadizo secreto
y al mirarte de reojo tus ojos me brillaron
y era tu olor,
y era tu mirada,
y era tu voz,
y eras tú.
las luces,
todas,
de pronto se fueron,
la oscuridad nos envolvió,
y mi boca desorientada partió en busca del origen de tu voz,
de la fuente de tu sonrisa,
y tus labios entreabiertos me recibieron,
húmedos,
cálidos,
sorprendidos,
y en un beso nos entregamos
todos los silencios que llevábamos entretejidos.
la luces,
todas,
regresaron tan rápido como habían partido,
y cada uno volvió a su mundo,
sin un doblez,
sin un rasguño.
en la esquina de tus ojos apareció un brillo nuevo,
escondido,
cómplice,
íntimo,
que me acompaña hoy y siempre,
cuando se va la luz,
y en un instante minúsculo se disuelven las fronteras
que han cruzado mis pasos,
se disuelve todo el espacio que ha construido el tiempo,
y tus labios regresan,
húmedos,
a mi recuerdo.