José Ricardo Leiva Llerena
José Ricardo Leiva Llerena nació en San Salvador, república de El Salvador, el 12 de marzo de 1946. Es hijo de Ricardo José Leiva Moreira y Aída Margarita Llerena Gamboa, nieta a su vez de Francisco Antonio Gamboa Herrera.
Vivió una niñez y una adolescencia errantes que lo llevaron a Guatemala, México y Estados Unidos, siempre regresando a El Salvador a distintas casas y hogares. Sin embargo, podemos decir que sólo pisó tierra firme muchos años después cuando llegó a Australia. Vivió gran parte de su vida temprana con familiares que le abrieron sus puertas y a los cuales José Ricardo recuerda con profundo agradecimiento.
Uno de ellos, el Coronel Óscar Osorio, casado con su tía Esperanza Llerena Gamboa, fue presidente de El Salvador de 1948 a 1950 como miembro del Consejo de Gobierno Revolucionario que derrocó a Salvador Castañeda Castro, y de 1950 a 1956 como presidente constitucional. Fueron años difíciles para El Salvador, que se desgarraba en sus conflictos internos; José Ricardo recuerda haber sido víctima de dos atentados que casi acaban con su vida y la del Coronel y su familia. Cuenta José Ricardo: mi estrecha relación con el Coronel Osorio es parte de otra historia que relato en el libro Historias Prohibidas de Melbourne, todavía en proceso… Esperamos algún día leer las interesantes páginas de una pluma privilegiada como la de este poeta, contador de cuentos y anécdotas.
Adelantó estudios de medicina, los cuales tuvo que suspender debido a que por razones de orden político la Universidad de El Salvador fue clausurada. Luego comenzó la carrera de Ciencias Políticas en una universidad privada, que tampoco culminó por motivo de la candente situación que se vivía en el país y por la explosión de bombas en los edificios del campus universitario. Ante estas circunstancias dicha institución educativa también tuvo que cerrar sus puertas.
Posteriormente, tanto en El Salvador como en los Estados Unidos, realizó estudios de mercadeo. Durante diecisiete años trabajó en el ámbito de la publicidad; desempeñó los cargos de gerente de producción y ejecutivo de cuentas. De su vida como publicista, José Ricardo en la autobiografía que escribió para el sitio de la familia Gamboa en el Internet, nos comenta:
Siempre detesté la publicidad, pero tuve que comer de ella por diecisiete años. Fuera de algunas pocas satisfacciones personales (campañas, anuncios y jingles exitosos), todo el tiempo pensé que la publicidad era una gran mentira y que la misma, en un pequeño país tercer mundista como El Salvador, creaba falsas necesidades en un público mayoritariamente pobre.
Se casa el 14 de agosto de 1982 en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, El Salvador, con Sonia Mercedes Pineda. De esta unión nace su hija Jordana el 20 de mayo de 1983.
En enero de 1989 José Ricardo emigró a Australia en compañía de su familia; se radicó en Melbourne, Victoria. Escogió la lejanía del Pacífico Sur a la violencia de su Salvador natal, en la cual experimentó con otros tantos salvadoreños la persecución y la tortura de los oscuros escuadrones para militares, que se resistían al cambio democrático. De estos duros recuerdos nacieron poemas como Electroshock Trebolino y Asfixia Trebolina.
Sus hondas convicciones humanistas se manifiestan en toda su obra:
No es cuestión de derechas o de izquierdas
ni de arribas ni de abajos ni de adentros o de afueras,
es asunto de conciencia,
de humanismo, de paciencia,
de entender que en el planeta que habitamos
se ha quebrado el equilibrio…
En Australia José Ricardo ha estado vinculado a la Victoria University of Technology. Ha laborado en el Centro de Recursos de la Facultad de Artes y en el Departamento de Información Tecnológica. Aparte de sus labores universitarias, prepara una obra que tiene que ver con sus raíces genealógicas.
José Ricardo Leiva Llerena nos ha dicho que desde niño escribe poesía, y que, sin embargo, no se considera un poeta formal. Una sincera manifestación de carácter personal. Con todo, no es de extrañar esta innata cualidad en un descendiente de poetas que fue, desde temprana edad, inspirado por la cercanía con su abuela María Esperanza Gamboa, Mamá More. En las lecturas que su abuela dirigía no faltaron los poetas que ella conoció en su juventud, en especial su tío Isaías Gamboa, como también los poetas colombianos Porfirio Barba Jacob y Julio Flórez, el poeta peruano José Santos Chocano y Rubén Darío, el reconocido poeta nicaragüense. Los estudios de yoga y la espiritualidad del maestro Swami Ramacharaka contribuyeron a forjar ese vínculo de amor entre Mamá More y su nieto. Conoció joven a la poeta salvadoreña Claudia Lars, la cual le causó una honda impresión y a la que dedica su poema De Claudia Lars y hormigueros.
Para nuestro propósito hemos obtenido unos pocos poemas que hacen parte de su recatado patrimonio artístico. De esta lectura nos será dado valorar la quinta esencia de sus cánticos, de sus vivencias y experiencias. La nostalgia del pasado que es por sí misma poética, cuando esa nostalgia se transforma en sentimiento artístico…
Igualmente, nos será propicia la ocasión para apreciar la inspiración que se proyecta en este exponente de la cuarta generación de los Gamboas, una dinastía de poetas, como en realidad así la hemos considerado. Bien sabemos que el poeta suele medirse no tanto por la realización estética de su obra como por lo fundamental de su actitud espiritual ante la vida.