hoy me he dado cuenta
hoy me he dado cuenta
que están patrullando mis arterias,
que han decomisado
varios de mis huesos más afines,
que quieren allanar mis encías,
que han cerrado una a una
hasta mis más lejanas fronteras.
hoy me he dado cuenta
que han infiltrado mi sangre
de glóbulos blancos asesinos,
que quieren restringir
la repartición amplia de oxígeno,
que persiguen mis glóbulos rojos
sin pausa y sin cuartel,
que han detectado la presencia
de ciertos vasos sanguíneos subversivos.
me vigilan los dedos, las manos,
una que otra cara,
la mueca verdadera
de disgusto y de rabia,
el rechinar de mis dientes cerrados,
mi puño tenso y contorsionado.
están buscando abolir el oído medio
y reforzar la oreja,
extirpar el nervio óptico
manteniendo el ojo intacto,
acabar con las papilas gustativas
promulgando el derecho al sabor,
suprimir ciertas cuerdas vocales
para cambiar la voz,
deformar las palabras,
vaciarlas, utilizarlas.
quieren que piense
que tu mano en mi espalda
es sospechosa,
quieren encarnar mis uñas
obligándome a caminar
en puntillas silenciosas,
quieren que piense dos veces
cuando escuche un ruido,
quieren que me prevenga,
que muerda,
que tenga miedo.
cuidado…
no son los mismos que buscaban
acabar el contacto de nuestras manos
y alejarnos a la fuerza del codo a codo,
ésos ya los conocíamos bien,
no,
éstos andan buscando,
que el juntar nuestras manos,
que el unir nuestros codos
carezca poco a poco de significado
y desaparezca entre las costumbres,
comunes, casi superficiales.
el cerco llega cada vez más cerca,
¿no lo vés?
¿no lo sientes?
mira que quieren ahogarnos lentamente,
gota a gota,
día a día.
pero no nos destruirán,
resistiremos,
pues no se han dado cuenta
que tenemos un corazón enorme,
rojo sangre y rojo vida,
mientras el de ellos muere despacio,
arteriosclerosis e hipertensión,
fracasos, deserción.
cali, junio de 1982