
epílogo al podcast de La Tierra Nativa
En el último episodio del podcast de Tierra Nativa de Isáías Gamboa, hago comentarios sobre mis apreciaciones de la obra, para compartir con los oyentes y entablar un diálogo imaginario.
Espero que hayas disfrutado de La Tierra Nativa de Isaías Gamboa. Este epílogo o episodio final lo he realizado porque deseo hacer mis comentarios personales sobre la novela. El propósito es el de entablar un diálogo imaginario, es estimularte a que compartas tus comentarios y confrontes tus gustos y si deseas hacerlos más reales los puedes postear en mi página de Facebook en Hugo Cuevas-Mohr, poeta. Los comentarios pueden ser iniciarse con “lo que más me gustó de Tierra Nativa fue…” o, “lo que menos me gustó fue…”o, el personaje que más me gustó fue…”, “la escena que más me gustó fue…”. En fin, recordemos que entre gustos no hay disgustos como dice la popular frase.
Personalmente lo que más me gustó de Tierra Nativa es la descripción de la naturaleza, de los parajes, de los árboles, de los senderos, las montañas, el cielo, de los animales: las serpientes, los pájaros, porque admito que me trae a mí los recuerdos de los dos espacios de tiempo en que la vida me dio la oportunidad de vivir en el Cerro de los Cristales, en el Mameyal. Mi padre construyó al final de los sesenta una casa moderna, que hoy ya no existe, y esa fue la casa de mi adolescencia. De la casa caminaba cada mañana hasta la Avenida Circunvalación donde nos recogía el bus del colegio. Y en la tarde, caminábamos de regreso. Recorrí ese camino ya mucho más urbanizado claro está de lo que estaba 100 años cuando Isaías lo describe recordando. Y exploré con mis primos y amigos las lomas, los cerros, recogimos cristales, cuarzos diminutos que todavía se encontraban. Recuerdo un precioso beso robado que todavía me hace suspirar, mirando a Cali desde la punta de la loma, esperando ver el Nevado del Huila en la otra cordillera. Ya entenderás porqué esta novela tiene un profundo contenido emocional para mí. Muchos años después de estudiar en el exterior y vivencias en otros países, regresé, me casé, construimos nuestra casa y allí con Cristo Rey mirando en lo alto, nació mi hija Daniela; ella muy pequeña lo bautizó como “el señor de la montaña”. Como dato histórico la estatua de Cristo Rey en la cima del Cerro de los Cristales se construyó en los años 50 para conmemorar los 50 años del fin de la guerra de los 1000 días en que participó Isaías, como comenté al principio.
Otra parte que me gustó mucho fue la descripción del regreso de Buenaventura a Cali, el tren y luego las mulas haciendo el último trayecto. Ese mismo trayecto lo hizo mi abuela y sus hermanos en 1910 cuando su padre, Paulino, decidió regresar a Colombia de El Salvador. Recuerdo a mi abuela Margarita contando esa bella historia que en mi imaginación tomó forma y que luego, mucho después, La Tierra Nativa revivió. Solo hasta 1915 se termina la interconexión férrea que quedó detenida por 20 años.
Para mí siempre ha sido importante, cuando una obra me gusta, me llena, me inspira, conocer el autor detrás de ella, esa mujer o ese hombre que ha tenido la creatividad de escribir ese libro, pintar ese lienzo, componer esa canción, hacer esa película, esa serie, etc. Siento que saber la historia detrás, el momento cultural, sicológico, me acerca al creador, a la obra. Conocer un poco más de su vida me ayuda a entender qué influencias vivenciales existieron que impulsaron ese compartir de sentimientos, pensamientos, a través de su creación. Es posible que heredé ese gusto de los profesores de literatura que tuve, en especial en secundaria; ambos, creo, me llevaron a querer ver, detrás del escenario, quién hay… Un profesor de literatura me preguntó si yo consideraba que La Tierra Nativa es una buena obra para estudiantes de secundaria. Le dije que indudablemente, porque, aparte del tema del amor que a los adolescentes le gusta debatir, está el tema de la migración, un tema que para América Latina y España es muy relevante y que muchos adolescentes enfrentarán en el futuro. Está el tema socioeconómico y político también, lo que da para reflexión y diálogo.
En La Tierra Nativa, para mi es importante conocer más de Isaías para entender más su novela, una novela claramente autobiográfica, producto de su realidad imaginaria, su añoranza y su deseo de regresar a su país después de deambular de un lado a otro. Imagina su propio regreso, el regreso del poeta a su tierra, a su familia, a ver a sus madre y sus hermanos, a ver si allí encuentra el amor que no encontró en otras tierras. La Tierra Nativa es el sueño de Isaías, lo que él imaginó y deseó que fuera su regreso. La pregunta es: qué tanto era consciente Isaías de su enfermedad, de tener ya “picado los pulmones” y de talvez no llegar a regresar él y realizar el sueño que Andrés del Campo si logra conseguir?
Hay muchas cartas de Isaías, las que guardaron sus hermanos, su mamá, y que sus copias están en posesión de sus parientes, que como joyas, guardan en baúles y cofres. Espero que salgan a la luz para entender más a Isaías y su añoranza. Hay un sitio creado para recopilar fotos y documentos; familiagamboa.com. Para mi hay dos momentos dentro de La Tierra Nativa que me impactan porque siento en ellos ese presagio que Isaías sabía que su regreso, vivo, a los brazos de su madre, podría no lograrse por la enfermedad que padecía. Además, que esos dos momentos aparezcan en los últimos capítulos para mí son dicientes. En el primero Isaías escribe: “Cuál en las desolaciones de su vida errante tal vez en alguna larga noche de invierno o en un día de tristeza y de miseria en las calles de una ciudad desconocida o en el lecho de un hospital, Andrés en su imaginación anhelando descanso había soñado para su existencia un refugio tranquilo.” Esta alusión al lecho de hospital, me da escalofríos.
El segundo es en el capítulo 53 cuando Andrés está visitando la tumba de su padre antes del matrimonio. La madre comenta que hubieran debido invitar a Marta y Andrés responde que para qué entristecerla. Marta se queda mirando desde lejos y envía las flores que traía: Isaías escribe: Andrés comprendió en su corazón que ya ella hacía parte de su ser, que ella sentía y seguiría sintiendo con él como él la amaba, enviaba flores a una tumba que antes le había sido extraña y que ya era algo suyo. Ese mismo podría ser su sepulcro; tan cerca, tan unida estaba ya al hijo del que allí descansaba.
Luego, saliendo del cementerio Isaías escribe: “Pasando entre túmulos y cruces, Andrés mirando en derredor, se dijo: Ya no moriré en suelo extranjero; aquí en la tierra sagrada, en la tierra nativa me quedaré para la vida y para la muerte! El prólogo del escritor chileno Julio Molina Nuñez a la primera y única antología de la obra poética de Isaías es la más cercana aproximación al estado físico y anímico del poeta. Julio, quien fuera amigo de él en Santiago y le viera partir de regreso, escribe: “…siempre he creído que la enfermedad que nos arrebataba a Isaías y era menos física que espiritual. Los médicos que lo asistían estaban contestes en que se trataba de un caso de nostalgia aguda. Una cama de arriendo en una pensión de la Calle del Estado, al lado del Templo de San Agustín le servía de refugio a sus penas y dolores y allí recibía sus amigos, otros artistas y como él, perseguidores de imposibles quimeras.” Hoy en día, los médicos quizás dirían que tenía un caso agudo de depresión.
Otro tema muy importante que da para pensar es el sueño de enamorarse y de que alguna mujer, en este caso Marta, le cambiara su forma de ver e interpretar el mundo, le quitara ese miedo – ese pánico – del matrimonio que es un tema importante que conflictúa al protagonista. Hay una metáfora que usa Isaías, del matrimonio como una jaula donde él es el pájaro enjaulado y sus amigos están libres en las ramas del árbol: “Sucedíale entonces lo que debe de suceder a un ave que contenta en su jaula bulle y canta cuando de pronto ve llegar al árbol cercano la banda de pájaros libres; el ave interrumpe su gorjeo y se pone a mirar a lo lejos. Pero luego Andrés se reía seguro de sí mismo teniéndoles lástima a ellos, a los otros.”
En otro momento Isaías escribe: “Ella no dejaría de ser artista, él no dejaría de ser poeta; habían sido absurdas sus ideas de que el matrimonio mata la inspiración y la alegría.” Para muchos en literatura, el dolor es necesario para la buena poesía, el sufrimiento ha inspirado los mejores poemas, poetas felices escriben mala poesía. En este caso el miedo es que “la alegría mate la inspiración”.
Me impacta que Isaías no haya podido imaginar a Andrés pidiendo la mano de Marta, como un momento importante de la obra. Dice al inicio de capítulo 49: “Para esto tuvo que pasar por el acto embarazoso de “hablar” en la casa de Marta. Isaías pone entre paréntesis: “hablar” es otro término estúpido del lenguaje amoroso matrimonial. Habló Andrés, es decir “pidió” a los padres la hija que le pertenecía de corazón.” Toda esa escena, no es del gusto de Andrés al decir Isaías: “Andrés se sentía ridículo, tonto, vulgar, en esa conferencia de familia”. Es posible que Isaías viera esa costumbre de pedir la mano como una costumbre que ya el tiempo debía borrar.
Isaías tampoco describe el momento en que Andrés le pide a Marta ser su esposa, le ofrece matrimonio. Yo lo esperaba en el bello capítulo 47 que comienza con esta linda frase: “Es preciso que digan los labios el afán de las almas. Fue una noche.” Es el momento en que los dos se revelan, bajo la luna y oyendo el susurro del rio, todo su amor.
Algo que me encanta de la obra es la relación de Andrés con sus hermanos, no solamente con Soledad que a mí me hubiera encantado que Isaías hubiera hablado mucho más sobre ella. Yo me enamoré más de Soledad que de Marta! El juego entre los dos hermanos, la picardía, el hecho de que Soledad sea ese Angel de la felicidad de Andrés como él se lo dice, es muy lindo. El importante papel que juegan Eleazar y Mercedes al crear esa linda familia que Isaías describe con tanto afecto y cómo cada uno a su modo influencia a Andrés, lo mismo que Nelo y Carolina, que siendo novios aún no piensan en el matrimonio. Ahora, no sabemos con seguridad, si Nelo le está haciendo perder el tiempo a Carolina….
Para terminar, aunque lo hablé al comienzo, es de destacar cuán importante es para Isaías la situación sociopolítica de su país y La Tierra Nativa está llena de comentarios en contra de la corrupción oficial, los malos gobernantes, la guerra fratricida, la violencia, el hecho de que le pidan a Andrés que renuncie a sus ideas políticas para obtener un cargo en la administración pública, por ejemplo. Andrés visita, al regresar, al colegio Santa Librada, con sus claustros abandonados, ese colegio que fuera cerrado por qué fomentaba ideas revolucionarias. El poeta Jotamario Arbeláez, uno de sus ilustres egresados, comentó en una entrevista: “El colegio Santa Librada era una estructura sólida, como el carácter de los profesores y el arrebato de los alumnos que por razones insurrectas lo convirtieron, a mucho honor, en ‘Santa Pedrada’, por tumbar un gobierno. Ahora el que se está derrumbando es el legendario edificio”. Luego Jotamario diría: “No me gradué por meterme de nadaísta, pero el poema nadaísta que le hice, ‘Santa Librada College’, me sirvió para hacerme famoso y ganar con los años el cartón de ‘Bachiller Honoris Causa’, la medalla de Ilustre Egresado y toda suerte de honores como el bautizo con mi nombre de un auditorio, que fue lo primero que se cayó”. Para los que no saben, el nadaismo fue un movimiento artístico y filosófico de contracultura en la Colombia de los años 50 y 60; movimientos antisistema similares nacieron en muchas geografías más o menos en los mismos años.
De Santa Librada College unos versos:
laberinto
en tu piscina
me bañé desnudo
como un ángel
burlé la vigilancia
del vigilante
salté la verja
jugué billar en la cantina…
en el interior de los sanitarios
al lado de otras frases burguesas
leí las primeras protestas
revolucionarias
“abajo el estado de sitio”
“cátedra libre o muerte”
“no queremos ir al cuartel”
“los de cuarto B son homosexuales”
y como si no tuviéramos bastantes
“más libros menos armas”.
Espero que lo busques y leas todo este poema nadaista que puedes encontrar siguiendo este enlace: Santa Librada College.
Para terminar, te dejo con el Grupo Musicalizando de Cali, que musicalizó el poema “Funeral” de Isaías Gamboa, que aunque es un tanto fúnebre, es una preciosa creación que fue presentada en muchos colegios de Cali, mientras el grupo existió. Con esta canción-poema, me despido…