entre las escarpadas aristas del tiempo
I
forcejeo a diario
con la gradual insatisfacción
de mi productiva existencia.
II
aunque las profecías me acercan a las verdes montañas,
pierdo ocasionalmente
la incierta dimensión de la realidad,
se me nubla el tiempo y la vista
y la inercia del planeta se afana en dictarme
mis más leves movimientos.
III
la implacable dirección del viento
hace vacilar mi rumbo incesante,
el diáfano norte no siempre atrae la atención
de mi brújula compañera,
el cansancio se apodera de mi debilitada voluntad
y una nueva fisura aparece
sobre la senda que caminan mis pasos incansables.
IV
pero no claudicaré.
no daré mi renuente brazo a torcer.
no doblaré mi endeble rodilla, ni bajaré mi frente altiva
– no oiré consejos ni acataré rancias doctrinas –
no encorvaré los hombros ante las tristezas pasajeras,
los cansancios metódicos,
el bienestar de la seguridad pasajera,
las necesidades inaplazables que me asaltan
entre el ruido y la prisa.
V
seguiré,
con la terquedad desafiante de mis zapatos viejos
caminando hacia las verdes montañas,
y aunque me encuentre la muerte
entre las escarpadas aristas del tiempo,
mi alma tendrá que continuar,
inclemente,
en la búsqueda de mi perseverado destino.