la fina cobertura
en la ambigüedad que me lleva a diario
a mirarme en el espejo
para reconocer el cuerpo en que habito,
a observar mis manos magulladas
y no saber
dónde termina mi piel
y comienza el infinito,
en la dicotomía de este ser transitorio
con que cohabitas,
permaneces
en el centro dócil de mi vida.
me deslizo
bajo la fina cobertura que te envuelve,
fluyo en los ríos de sangre
que nutren cada célula
de tu diminuta astronomía,
floto
en la corriente de tus arterias
adentrándome en el cordón visceral que nos une
en busca del oxígeno cristalino
que mis células sedientas
necesitan extraer
del plasma orgánico que te circunda.
ya no sé si veo por mis ojos,
o miro en tu nervio óptico el paso del tiempo,
amarte
es como amarme,
como regar de lluvia
esta hiedra vital que nos recubre.
déjame inhalar
el aire que respiras,
mirarme con tus ojos negros,
escuchar con tus oídos
mis palabras,
déjame palpar con tus dedos
mi piel esquiva
y perseguir por tu cuerpo
tus sentimientos
hasta encontrar
dónde se esconden,
entender
lo que sientes por mí,
comprender
el vacío que mi amor te deja.
quiero algún día convencerte
que esta imagen
que tienes frente a ti,
fragmentada
inconexa
intermitente
impredecible
esporádica
oculta
profundamente
te ama.