David Hernández
David Hernández Cornejo es descendiente de Miguel Gerónimo Gamboa Llanos, tío del poeta Isaías Gamboa y de su hija Águeda Gamboa Ayala, hermana del poeta, y sacerdote Fray Teófilo Gamboa, reseñado con anterioridad. David es un poeta que ha llevado la tradición de la familia Gamboa al idioma inglés. Su padre, Jaime A. Hernández Maya, salió de Cali a la edad de trece años, con su familia, y se radicó en California. Allí se casó con Nancy Cornejo, originaria ella de Chile. David nació en Burbank, California, en 1971.
David vive en Long Beach, California, y está casado con la también escritora Lisa Glatt. En el año 2000 David recibe el primer premio del National Looking Glass Chapbook Competition con el poemario Donating the Heart. El crítico literario Bob Hicok describe con estas palabras el libro:
He disfrutado la poesía de David Hernández desde hace un tiempo ya. Hay una frescura en su narrativa con sus destellos surrealistas y sus imágenes inusuales. Es otoño, y mientras escribo estas palabras las hojas caen y en su paso miro este libro, lleno de pérdidas y belleza y cambios repentinos. Este un magnífico libro de un poeta de buen corazón. 32
Su primer libro de poemas se titula A House Waiting for Music (Una casa esperando música) y el segundo Man Climbs Out of Manhole (Un hombre sale de una alcantarilla). Sus poemas han sido publicados en revistas literarias como: TriQuarterly, Southern Review, Epoch, Iowa Review, Cream City Review, AGNI y el Quarterly West. Sus dibujos, los cuales pueden apreciarse en el discreto sitio en el internet que David mantiene, han aparecido en revistas literarias como Other Voices, Gargoyle y el Indiana Review. Fue premiado por Ludwig Vogelstein Foundation y es el editor de poesía para la revista Swink. Además, dicta un curso de poesía on-line (en el Internet) de la UCLA (Universidad de California, Los Ángeles).
Con su libro Always Danger (Siempre hay Peligro) gana el Crab Orchard Series de poesía versión 2006, un premio organizado por la Southern Illinois University Press y otorgado año tras año, el cual conlleva una recompensa en dinero y la publicación de la obra. En este libro, David ofrece una exploración lírica e imaginativa de los peligros que nos rodean, ya sea la violencia, la guerra, las enfermedades mentales, los accidentes de tránsito o la furia de la naturaleza. Son poemas de lenguaje vibrante y gran atención al detalle.
La conocida editorial Harper Collins publica en 2007 su primera novela: Suckerpunch, dirigida a un público joven, la cual va seguida de una segunda novela, que se publicará próximamente, titulada No More Us For You.
Su esposa Lisa Glatt ha publicado dos libros de poemas: Shelter y Monsters & Other Lovers, y su primera novela, A Girl Becomes a Comma Like That, fue publicada en junio de 2004. La importante editorial Simon & Schuster también le publicará una recopilación de historias cortas titulada The Body Shop.
Juntos, David y Lisa publicaron el libro A Merciful Bed, una interesante colección de poemas “a dos corazones” que exploran el amor y la intimidad.
David nunca ha pisado tierras colombianas y desconoce el nutrido pasado poético de la dinastía de la cual hace parte. Esta antología ha logrado rescatar este hijo desatendido que ha escrito su propia historia poética lejos de la tierra de sus ancestros.
32 I’ve enjoyed David Hernandez’s poetry for some time now. There’s freshness to his narratives with their surreal flourishes and uncommon images. It’s fall and as I write this, leaves are dropping and in their passage I see this book, it’s full of loss and beauty and sudden turns. This is a wonderful book by a poet with a good heart.
Bibliografía
- Donating the Heart, Pudding House Publications, 2000 (ganador del “National Looking Glass Chapbook”).
- Man Climbs Out of Manhole, Pearl Editions, Long Beach, CA, USA, 2000.
- A Merciful Bed, Pearl Editions, Long Beach, CA, USA, 2001 (en colaboración con Lisa Glatt).
- A House Waiting for Music, Tupelo Press, Dorset, VT, USA, 2003.
- Always Danger, Crab Orchard Award Series in Poetry, Southern Illinois University Press, 2006.
- Suckerpunch, Harper Collins (HarperTeen) 2007, 224 páginas.
- No More Us For You, Harper Collins – próximo a publicarse.
- Sitio en el Internet: www.davidahernandez.com.
La Poesía de David Hernández 33
La Creación de Zacarías
Mi sobrino se sienta frente a su cuaderno de colorear,
y zigzaguea praderas a través de una página
donde el dibujo de una niña cepilla un caballo.
Pronto, toda la escena parecerá una selva
y la niña necesitará un machete
si decide algún día salir del rancho.
Cuando mi madre lo llama Miguel Ángel,
veo a mi sobrino sobre un andamio
estudiando el bosquejo de la Creación de Adán.
Alista su crayola verde
y frenéticamente comienza a pintar el manto de Dios.
Luego de cubrir la cara de Dios con un par de trazos
garabatea un bejuco a lo largo de Su brazo
y se detiene ante la yema de los dedos de Adán
que espera pacientemente su nacimiento.
Huesos
Mis padres construyeron mi esqueleto
con ganchos de ropa y yeso de moldear.
Mientras mi padre doblaba y retorcía los alambres,
mi madre revolvía en el balde
la pasta lechosa con una cuchara de palo,
hasta altas horas de la noche crearon mi estructura,
Hueso a hueso: las falanges de mis dedos
como piezas de ajedrez, la gran mariposa
de mi pelvis, la vara arqueada de la clavícula.
Dentro de la jaula vacía de mi pecho
colocaron un columpio para mi corazón
donde entonaría la única melodía que conoce.
Dios en un Nudo
Si Dios existe en la más pequeña de las criaturas
yo lo tuve aprisionado
entre mis dedos, lo arrojé
sobre una telaraña, la telillita de la naturaleza
donde él vive también. Cuán rápidamente
Sus piernas se desplazaron sobre el hilo.
Cuán rápidamente Él se volvió un caníbal,
las alas doblándose hacia arriba como un paraguas.
Sí, Dios era los caracoles adheridos
al costado de nuestra casa, los caracoles
que bautizamos con sal, o colocamos
en cohetes explosivos.
A diez, quince pies de distancia todavía
Sus jugos de ámbar mancharon
la camiseta de mi hermano. Y la avispa
que atrapé dentro de un frasco de compota
ese zumbido loco, ese himno que enterré
en el patio, en la misma tierra donde Él vivió también,
centenares de deidades ciegas
retorciéndose bajo el césped.
Hasta el gusano que mi madre desenterró
con su pala en el jardín era sagrado:
Dios en un nudo, muerto ya, exterminado
por una mano infinitamente más rápida que la mía.
Un Mundo Plano
La gente creía que el mundo era plano,
un disco gigante flotando en el centro del universo.
Nadie conocía el perímetro, los marineros
imaginaban el océano derramándose por el costado,
su galeón como un patico de caucho
resbalando sobre el borde de una bañera rebosada.
¿Qué tan gruesa creían que era la tierra?
¿Creían que las raíces de los más altos árboles
se asomaban por debajo? ¿O había un frío espacio
en lo más profundo, un mes de cavar sin cesar
hasta que la pala golpeará la nada?
Temprano en la noche encendí la televisión
y recorrí los canales,
cada uno desplegando las atrocidades
que ocurren en nuestro planeta redondo
mientras rodamos hacia el nuevo milenio: una arveja gigante
tambaleándose en la orilla de un plato de comida
llevado en lo alto por el más torpe de los meseros.
Los Anónimos
Están jugando escondite con nosotros.
Doblados sobre sus máquinas de escribir
en una oscura esquina, cada uno viste una sombra
que le arma como un vestido hecho a la medida.
A mitad de una frase pensarán en su audiencia,
una muchedumbre sin rostro, sus voces
silenciosas como mil pianos de cola
yaciendo en el fondo del mar.
Lo que aquí tenemos es una casta de fantasmas
una tiza moviéndose sola
sobre el pizarrón, el canto de un ave
emanando de una jaula vacía.
Lo que aquí tenemos es un recordatorio
de los secretos que escondemos al mundo,
cada uno de ellos un prisionero de nuestra psiquis
tan atroces que no nos atrevemos a musitar sus nombres.
33 Los poemas aquí presentados han sido traducidos por Hugo Cuevas-Mohr, quien no pretende ser un traductor experimentado, pero que quiso con su esfuerzo estrechar los lazos poéticos y familiares y presentar la poesía fresca, lisa, transparente, llena de hechos y anécdotas de David Hernández, poemas narrados por un observador que disfruta y ama la vida.